¿Es importante hacer chequeos geriátricos a los perros mayores?

Obviamente, todos llevamos a nuestra querida mascota al veterinario cuando enferma o hay que ponerle una vacuna. Sin embargo, a medida que tu perro envejece, la importancia de las visitas regulares al veterinario es de vital importancia para mantener su felicidad y longevidad, llegando al punto de ser imprescindible visitar a tu veterinario al menos cada 6 u 8 meses.

¿Por qué es necesario este incremento de visitas al veterinario?

Principalmente se debe a la necesidad de llevar un control sobre el estado de salud de tu mascota. Los chequeos geriátricos previenen la aparición de enfermedades que los perros pueden sufrir con la edad, como artritis, fallos renales, ceguera, etc… y logran mejorar ampliamente la calidad de vida de tu mascota.

Los chequeos geriátricos son una estupenda medicina preventiva

Probablemente hayas escuchado alguna vez el dicho «más vale prevenir que curar». Este dicho se aplica no solo a las personas, si no también a nuestros queridos perros. De la misma manera en que los seres humanos se vuelven más frágiles a medida que envejecen, también lo hace tu perro.

Un perro joven puede luchar fácilmente contra un patógeno causante de enfermedades. Sin embargo, a medida que vaya envejeciendo, su sistema inmunitario se irá debilitando poco a poco. El patógeno que las defensas de tu perro eran capaces de combatir antes, ahora podría llegar a causarle una enfermedad.

La medicina preventiva, de la que forman parte los chequeos geriátricos, incluye cosas como exámenes rutinarios, modificaciones en el estilo de vida y chequeos físicos que pueden ayudar a detectar problemas de salud en sus primeras etapas, antes de que se conviertan en un problema importante.

Al detectar las enfermedades en una fase temprana, tu perro podrá recibir antes un tratamiento adecuado y recuperarse de ellas. Por esto, los chequeos regulares son la mejor manera de cuidar de la salud de un perro de avanzada edad.

¿Qué se incluye en un chequeo geriátrico para perros mayores?

La mayoría de los veterinarios recomiendan hacer al menos un chequeo anual a un perro adulto y sano. A medida que tu perro envejezca, osi ya sufre de alguna enfermedad, es recomendable considerar la posibilidad de hacer estos exámenes de manera más regular. Dependiendo de la edad y estado de salud de tu perro, el veterinario podría considerar hacer cierto tipo de pruebas u otras.

Algunas de las cosas que tu veterinario podría recomendar hacer durante los chequeos geriátricos son:

1. Examen físico: Es muy recomendable que este exámen forme parte de cada uno de los chequeos a tu perro, independientemente de su edad. Esto se debe a que tu veterinario revisará todo el cuerpo de tu perro en busca de anomalías físicas que no deberían estar ahí. Entre otras cosas, pesará a tu perro y comprobará el estado de sus ojos, dientes, uñas, almohadillas, musculatura, etc.
2. Análisis de sangre: Estos análisis permiten verificar el estado electrolítico de tu perro, sus niveles hormonales, el funcionamiento de sus órganos y mucho más. Un análisis de sangre completo permitirá al veterinario detectar infecciones, anemia, problemas inmunológicos, etc.
3. Análisis de orina: Esta prueba se realiza para verificar el estado de salud del tracto urinario de tu perro, incluyendo el funcionamiento de su vejiga y riñones. Los resultados de un análisis de orina se pueden usar para confirmar un diagnóstico de problemas hepáticos, diabetes y otras enfermedades, según las sustancias que se encuentren en ellas.
4. Examen de la vista: Muchos perros desarrollan problemas oculares a medida que envejecen. Por esto, es recomendable que tu veterinario realice un examen ocular para detectar glaucomas, cataratas, problemas de retina, ulceraciones, etc.
5. Presión arterial: Otra parte importante de un chequeo geriátrico a tu perro es realizar un control de su presión arterial. Esto se debe a que la hipertensión (presión arterial alta) puede aumentar el riesgo de que tu perro tenga enfermedades cardíacas, problemas renales, ceguera, etc. Una detección a tiempo ayuda ampliamente a reducir el riesgo de que tu perro sufra estas enfermedades.
6. Rayos X: una radiografía se puede usar para muchas más que ver huesos rotos. Por ejemplo, una radiografía de tórax puede revelar problemas de corazón o pulmones, mientras que una radiografía abdominal permite detectar problemas de riñones o hígado. Además, si tu perro ha tenido problemas articulaciones en el pasado, es muy probable que tu veterinario te aconseje realizarle radiografías periódicas, con el objetivo de comprobar como evoluciona tu perro.

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